Desde el municipio de Florencio Varela, se hizo conocer a traves de la radio Municipal que se impulsará una firma colectiva con periodistas y comunicadores locales, para tomar el compromiso de comunicar con la verdad haciéndole frente a la cantidad de noticias falsas (fake news) que corren por internet.
La ética se asocia a la moral y esta puede transformarse en inmoral y ani-etica, según las virtudes de la persona humana y sus formas de actuar en la vida diaria y en su profesión. La del periodísta que informa con la verdad, que verifica sus fuentes de información y que separa lo verdadero de lo falso, no requiere de la firma de ningún compromiso, ya que la difusión de falsedades, hoy denominadas “Fake News” en Inglés o más claro “noticias falsas”, no son impulsadas por periodistas que hacen de su profesión, una vocación de servicio, más que un medio de vida.
Eso no quita que entre tantos, a lo largo y ancho del país, no encontremos periodistas que influidos por ideologías o por poderes fácticos ($$$$) disfracen la mentira en una verdad a medias, aunque ello salte a la vista. Hay ejemplos para ver en los canales de aire y de cable, ni hace falta nombrarlos.
¿De dónde surgen las noiticias falsas o “fake news”?: de variados sectores políticos y de poder, que se ubican en el éter y las redes sociales, mediante el uso de los denominados “trolls” que las hacen correr o bien las representan con “memes” o “tips” de diferentes clases y en forma permanente para influir en el consciente colectivo.
Pretender la firma de un compromiso de este tenor con periodistas es algo tirado de los pelos, cuando los primeros que deben firmar un compromiso asi son todos los partidos politicos y quienes los integran a nivel local, buscando que hagan lo mismo los gobiernos nacionales y provinciales. El ejemplo se debe dar desde arriba y no con el periodismo, salvo que éste no sea confiable ¿pero cuantos políticos lo son y pueden demostrarlo?.
Buscar que el periodismo y comunicadores sociales en general, firmen un compromiso así, sin hacerlo antes toda una clase política, no solamente es un mal ejemplo, si no que se efectuaría con quién no se debe, porque a nivel local no hay un solo periodista que pueda pagar un “trolls”, ni que se arriesgue o dedique a difundir falsedades.
Ese tipo de acciones se desarrollan en las redes sociales, dónde la actividad no tiene regulación alguna y dónde pugnan los poderes fácticos por ganar espacios de poder a cualquier costo, aunque los tiempos han cambiado y la mentalidad del ser humano también y ya no se lo engaña tan fácilmente, aunque se lo intente “bombardear” con informaciones falsas, que no se difunden precisamente por las páginas de los diarios locales, ni tampoco los mismos tienen el poder como para ser utilizados en combatir las “fake news” que puedan circular por las redes sociales, que es lo que se buscaría como objetivo final del compromiso mencionado.