En la república Argentina, la decadencia del sistema democrático cada vez es más visible al no resolverse mediante la política cuestiones que atañen solo a la misma, por falta de acuerdos de partes, que terminan con Decretos que avanzan descaradamente sobre la autonomía provincial (CABA) y el poder decisional de su gobierno, que le es inherente constitucionalmente, terminando judicializándose un conflicto no resuelto en acuerdo de partes.
¿Clases si o clases no? es la disyuntiva y en este marco de conflictividad donde intervienen ya demasiados actores, la Corte Suprema de Justicia, deberá dictar la medida final a adoptar sin que ello implique vulnerar la autonomía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El conflicto generado por el Poder Ejecutivo Nacional, dividió a la sociedad aún más de lo que ya estaba, involucró a gremios, políticos, ministros de salud, Intendentes municipales, padres de alumnos y docentes.
Se llego al límite de las denuncias penales por “atentado a la salud pública y sedición”, cuando ninguna de las dos figuras penales esta siendo violada, claro que en ambos casos se recurre a jueces que no son imparciales, como tampoco lo es el último dictamen judicial emitido por la Justicia Federal que ordena paralizar las clases, un fallo a medida del gobierno que no puede ser acatado porque la Justicia Federal no puede cuestionar un fallo de la cámara de Apelaciones de CABA, MENOS CUANDO la Corte se declaro competente en el tema.
En el medio como siempre los alumnos, a nadie le importa si pierden o no un año o dos de su vida, si tienen recursos informáticos (computadora) o Internet y si pueden abonarla sus padres. Claramente cientos de alumnos a lo largo del AMBA quedaran sin clases sean o no presenciales, por carencia de recursos.
Mientras el dilema se resuelve en el ámbito Judicial, el enfrentamiento sigue en las redes sociales dónde muchos califican de sediciosos a quienes no se condicen con su pensamiento, se traten o no de amigos o allegados, la discusión no tiene fin, los insultos de algunas partes tampoco y en esto la actividad de los punteros políticos y operadores de ambas partes en pugna, en la que también esta la Provincia de Buenos Aires, no cesa y sigue dividiendo a una sociedad ya hartada de las cuestiones políticas, aunque como dice el refrán “divide y reinarás”, aunque al parecer ese consejo no esta dando el resultado esperado, sino generando más incertidumbre, al perderse lazos de amistad por temas que no deberían ser motivo de ruptura, sino de una profunda reflexión.