Si alguién tenía dudas de quién tiene el poder real y quién manda en la República Argentina, las reiteradas manifestaciones en actos públicos y por Twitter de la Vicepresidenta Cristina Fernández, despejan esas dudas y la afirman como la persona que ejerce el poder real y utiliza “la lápicera” y hace tomar decisiones que un Presidente golpeado por el entorno de Cristina, termina aceptando aunque sean medidas erróneas que llevan al país al abismo económico y al caos social.
El “festival de importaciones” no es tal y lo han demostrado económistas de todos los signos políticos, la mayor parte son compras de combustibles que se deben abonar en dólares de las reservas internacionales e insumos industriales para la producción interna.
La medida tomada de cerrar aún más el “cepo” a las importaciones solo causará la falta de insumos industriales, con la consecuente caida en la producción de bienes nacionales con valor agregado y una baja no deseada en las exportaciones y afecta solo en menor medida a insumos importados considerados de lujos (autos, bebidas, chips, tecnologías de uso particular).
El segundo error es la falta de previsibilidad y no el “crecimiento explosivo del PBI o del país” eso es una gran mentira, Argentina aún esta en las visperas de la recuperación pre-pandemia y ni siquiera han reabierto todas las PYMES, Comercios y Empresas que bajaron la cortina durante el extenso periodo de cierre que generó este gobierno. Los datos de empleo son ficticiós, cuando el INDEC sigue considerando como trabajador activo a quien declara que solo trabajo, lo que lleva el indice de desocupados a casi el doble del 7% que dice el gobierno, es decir unos dos millones ochocientas mil personas a lo largo y ancho del país.
A todo lo mencionado se agrega la imprevisibilidad de una producción mayor de Gasoil o la falacia de la producción de petróleo en Vaca Muerta y del refinamiento necesario para abastecer el mercado interno, lo que genera la paralisis del transporte por camiones, del sector agro -ganadero y una gran perdida de divisas. La falta de Gaoil se mantendrá por 15 días más segun el gobierno o hasta que ingrese algún barco con la importación necesaria y con ello las protestas de camioneros no allegados a Hugo Moyano.
Ni siquiera han tenido la remota idea de ampliar el transporte de cargas por ferrocarril, al que también destruyeron a favor del sindicato de los Moyano, hoy se pagan las consecuencias.
La respuesta del Mercado, que el gobierno intenta convencer y no puede, pero también de un amplio sector de la población (Mercado son las familias y las empresas que integran la cadena económica interna) se reflejo en un dólar blue a $ 233, el valor más alto del año, con tendencia a la suba, al igual que los otros que cotizan en el mercado legal, sumándose a ello la caida del precio de los Bonos con los que el gobierno intenta refinanciar la deuda interna que ya sobrepasa los quinientos cincuenta, genera mayor desconfianza y marca el error de la medida tomada, la que generara muchos más pobres e indigentes, emisión monetaria e inflación arriba del 5% estimado para Julio, paralisis o encarecimiento de obras públicas y nuevas manifestaciones sociales de personas que buscan sobrevivir, por estar acostumbrados dependercdel Estado que los utilizo como base política y ahora se les van dando vuelta.
Cristina solo busca postularse nuevamente para seguir impune ante la Justicia que la procesa por corrupción y de allí también la idea de darle el manejo de una caja multimillonaria a gobernadores e intendentes como para sustentar su base político -electoral, aunque se equivoca, no puede despegarse del gobierno del cuál es parte y maneja, los errores de Alberto Fernández, los pagará ella también, en la próxima elección presidencial, donde para mantener impunidad, deberá buscar otro candidato “títere” que acepte acompañarla en su lista y como se sabe, “lamebotas” quedan unos cuantos que aunque desprestigiados, hay una parte de electores que los siguen votando, por ello Argentina no saldrá fácilmente de la decadencia en la que nos han sumido, menos cuando hasta los funcionarios públicos se cubren patrimonialmente cambiando pesos por dólares.