A partir de la asunción, el 10 de diciembre de 2023 del Dr. Javier Milei como Presidente de la Nación Argentina, del cambio por DNU en la Ley de Ministerios (que debe ser aprobada por el Legislativo Nacional), reduciendo los mismo de 18 a 9 y transformando al resto en Secretaría o directamente eliminandolos, como asimismo al empleo de militantes políticos en variadas áreas estatales, que refiere a quienes no producen y generan un gasto deficitario al Estado a lo que agregamos el análisis de su discurso con el entorno a sus espaldas del Congreso Nacional y sus ideas de la libertad en su más amplia expresión, se abre en la República Argentina una nueva era y vuelve a imperar el paradigma liberal, quizás renaciendo con más fuerza que en los primeros años del Gobierno de Carlos Saúl Menem, quién tuvo éxitos en sus primeros años de gobierno, no así sobre el final, aunque había bajado el indice de pobreza del 47,3% 3n 1989 al 18,5% para 1995 y la indigencia del 16,5% al 6,3%, logrando un aumento de las reservas del BCRA de U$D. 17.346 millones, ubicándose en 1.995 la deuda externa argentina en U$D. 33.247 millones, con alto nivel de desempleo 18,4% a fines de 1.995. que baja recién en 1999 al 15,6%, sin embargo aumenta el gasto social, el nivel de pobreza se ubica en un 20% y se mantiene la fuga de capitales que llega a los 96.155 millones de dólares (Gobierno y políticas económicas 1983-2019, pp.25 a 27, ed. 2019, Bs. As., Argentina), la variación anual del IPC se ubica en un 4,2% y la deuda externa asciende a $. 109.756 millones de dólares.
Los datos brindados en el párrafo anterior muestran una similitud con lo que sucede en el país entregado a Javier Milei, aunque la diferencia se encuentra en una economía con estanflación, grandes niveles de pobreza e indigencia, una inflación imparable hasta este instante, un Estado aumentado a su máxima expresión por las creencias populistas de Cristina Fernández de Kirchner y su aplicación en todos los órdenes, por la emisión monetaria descontrolada, al igual que los precios reprimidos, salarios bajos y jubilaciones de hambre, alto déficit estatal y corrupción instalada en todos los niveles estatales )Nacional, Provincial y Municipal, como en las Cámaras Legislativas), alta deuda externa que supera los 145.000 millones de dólares, una pobreza que alcanzo el 47% una indigencia del 9,2% y un desempleo del 9%, con el agregado que han cerrado miles de empresas o se han ido del país y no ingresan capitales de inversión a la Argentina al no cumplir sus compromisos externos y al acercarse a países con dictaduras en democracia, cuestión que implica desconfianza externa para la inversión productiva, además de entregarse un Estado completamente desordenado al mandatario entrante. Algo nunca visto en la historia Argentina, generado por quién hablaba de tener superávits gemelos, aplicando un populismo basado en cuestiones meramente ideológicas, cuya fiesta la pagaran todos los argentinos, mientras estos ideólogos de la pobreza y del reparto de lo que no se tiene miran de afuera, se escapan a otro país o vuelven muchos de ellos a ocupar cargos públicos en la Provincia de Buenos Aires, que les servirá de guarida hasta que la Justicia se ocupe de pedirles explicaciones y procesarlos.
Menem pierde la oportunidad de su re-elección ante Néstor Kirchner, al dejar de ser creíbles sus políticas económicas y su alineamiento con Estados Unidos, por el aumento de la conflictividad social y por falta de apoyo de otros partidos políticos, especialmente empujados por Eduardo Duhalde y otros gobernadores que no tenían la capacidad de incentivar una economía que entraba en una etapa de decaimiento, ante la falta de ayuda externa y la fuga de capitales.
La llegada de Javier Milei al poder del Estado no reimplanta al neoliberalismo Menemista, sino a un anarco capitalismo, más liberal que va esencialmente contra el Estado desordenado y corrupto, ineficiente para brindar seguridad, salud, educación, empleo y buenos salarios y con empresas público -estatales que dan perdidas que pagan todos los Argentinos y usufructúan unos pocos políticos o gremialistas que se enriquecen a través de ellas, en su discurso lo deja bien claro, el ajuste es imposible de evitar, los que se van dejan una inflación que viaja al 15.000% anual, es decir entre un 30 a un 50% mensual, por lo cual los Argentinos van a sufrir los coletazos de lo que deja Alberto Fernández, Cristina Fernández y Sergio Massa, durante un año o algo más, lo que obligará a no meterse en créditos y no gastar más allá de lo que se puede, comenzando el ajuste por la clase política, al no contarse con plata para sostener sus privilegios, como tampoco el de muchos rectores de las Universidades públicas que las han transformado en nichos de empleos para Kirchneristas y camporistas y en su base de siembra ideológica, tratando de transformar personalidades de los alumnos influyendo en sus creencias históricas, que desfigura la historia real de una Argentina pasada, incluyendo cambios en su idioma castellano por otro que llaman inclusivo y de ello lo único que tiene es una simbología deformativa del mismo.
Suerte y éxitos al nuevo Presidente, que la va a necesitar junto al cambio de variada legislación vigente y que Dios le brinde la capacidad de razonamiento lógico, la virtud para hacer un buen gobierno y le ilumine el camino a recorrer, tratando de perjudicar en la menor medida posible, al que menos tiene y puede.