Hay que hacer referencia a la frase de la Senadora Cristina Fernández de “el periodismo es peligroso para la democracia” y al pensar general de todo su entorno más cercano que comparten la idea y buscaron en su momemto una “ley de ética periodística”.
Todas las acciones de Cristina Fernández tienden a limitar, cercenar o acallar las voces de todo periodista-investigador o crítico que da a conocer públicamente notas referidas a casos de corrupción que involucran a políticos, funcionarios de todo nivel y jueces o fiscales que no actúan como la ley manda. Nada se hace para que esa ética se aplique a la clase política, allí no existe ni ética ni moral pública.
Ningún periodista serio atenta contra el sistema democrático, ni siquiera contra el grupo que esté de turno en el poder, por el contrario ayuda a fortalecer la democracia, a alertar sobre hechos que la Justicia debe investigar y a los funcionarios que ejercen el poder para que la transparencia sea la que prime en sus gestiones.
Es de acordar que en el periodismo, también hay de todo, se ve diariamente, en como cada uno direcciona sus notas, muchas sin fundamentos sólidos apoyando al gobierno de turno, por cobrar una pauta publicitaria que los mantiene vigente, otro inventando la noticia para ir en contra, pagado por una oposición que también hace su juego.
Los políticos, funcionarios y jueces, se muestran molestos cuando la noticia es veraz y los toca en forma directa o cercana, entonces lo mejor es tratar de “ningunear” al periodista, de denostar, de decir que “es peligroso para la democracia”. Se trata de acallar las voces de quienes no tienen voz, de los más pobres, de los jubilados, de los que aportan y son robados cada día, de criticar y denuncias, que con pruebas a la vista dan cuenta como los corruptos siguen robando sin que nadie los pare.
Esas noticias pusieron en evidencia la compra de alimentos por parte de allegados al Ministro Daniel Arroyo, las compras de barbijos y respiradores con super-precios por parte del Ministerio de Salud de la Nación y todo otro tipo de delitos que van ocurriendo a lo largo y ancho de nuestro país, como ser la -ya no presunta violación perpetrada contra su sobrina- de un ex-gobernador y actual (todavia) senador.
Casos para mencionar hay miles, periodistas truchos que ensucian la profesión también, pero están los otros, lo más honestos, los que se juegan por la verdad, los que cada día fortalecen un sistema de gobierno, buscando que el “sujeto no sea sujeto y oprimido, sino ciudadano”.
El periodista serio, pone en evidencia en cada nota, lo que sucede a nivel país, según el lugar dónde desempeñe su profesión y ayuda a construir una sociedad mejor, es el que también lucha contra las falsas noticias (Fake News), solo con un arma que puede ser letal para quienes no solo pretenden condicionarnos, doblegarnos o dominarnos, con el objetivo de que sus acciones contra toda la sociedad no salgan a la luz: “la noticia” hoy facilitada su circulación social, por las nuevas tecnologías y las redes sociales.