Nota de opinión del Magíster Jorge A. De Gioia
Las manifestaciones del día 9 de Julio convocada por las redes sociales, se esperaba por el gobierno, pero no en la magnitud que alcanzó en casi todo el país.
Ya antes el presidente Alberto Fernández, había ignorado el mensaje de otra manifestación de menor escala, con similares reclamos.
Esta vez la gota que colmo el vaso fue la liberación por parte de la Justicia, de Lázaro Báez, Justicia que es considerada corrupta y apegada a los dictados del gobierno Kirchnerista, dado que cuatro años con prisión preventiva, sin condena, es algo realizado a propósito para poder justificar una liberación como la actual y menciono “liberación” porque ni siquiera hay una condena de prisión a cumplir en su domicilio. La multa fijada como fianza, para Baéz es un “vuelto” de los tantos que recibió, con los millones que le hurto al Estado Nacional y a todos los Argentinos, aunque tenga varias cuentas bloqueadas, aún dispone de bienes para poner en garantía.
Al detonante mencionado, hay que agregarle una clase media que con las medidas de una cuarentena aplicada como en ninguna parte del mundo y bajo la premisa de “cuidar la vida”, los esta bajando abruptamente de nivel económico, al no habilitar varios rubros que los ayudaría a sobrellevar mejor la situación. A ello se agrega una corrupción que se sigue haciendo visible con los nombramientos permanentes de personas , ex- funcionarios y ex- montoneros en cargos públicos de importancia y la pensión millonaria otorgada a Amado Boudou, dejando de lado a los jubilados que se les niegan los aumentos que les permitirían una mejor calidad de vida (o de muerte), bajo otra falaz excusa: los medicamentos gratis, les permiten tener mayor poder adquisitivo.
Nombrar a Miriam Lewin, una ex- integrante de Montoneros, que participo en varios atentados, como funcionaria, cuya idea es limitar la libertad de prensa intentando acallar periodistas, es otro de los componentes que rebalsó el vaso.
Vale en esto último dirigirse a todos aquellos que quieren que el Periodista, se limite a transmitir la noticia, sin opinar, con el fin de indicarles que la labor periodística no es transmitir la noticia como viene, sino desmenuzarla, analizarla, cotejarla, criticarla (según se trate) o investigar su certidumbre y dar a conocer la verdad. Ningún periodista baja línea, salvo varios de C5N, a los que el oficialismo no critica y el gobierno los tiene bien pagos.
Que el periodista critico, sea formador de opinión pública, no cabe duda alguna, pero esa es su labor en democracia. Son sus opiniones las que hacen que varios sectores de la sociedad, puedan evaluar con información basada en hechos de la realidad, que es lo que hace el gobierno, que hace un gobernador o Intendente, un diputado, un senador o un concejal. Les guste o no, son la voz de aquellos que no la pueden elevar y cuando de corrupción se trata, hay hechos que son “investigados” y puestos en conocimiento público.
Claramente esta probado con los casos de los “bolsos de dólares que revoleaba López en un convento” o la puesta en el tapete de las propiedades de Lázaro Báez; de Néstor Kirchner y los fondos de Santa Cruz en su momento o las propiedades actuales de Cristina Fernández, como su enriquecimiento ilícito -nunca probo como gano tantos millones de dólares; también se puso en evidencia en éste caso a un Juez que la protegió como Norberto Oyarbide.
Sigue sin aclararse la causa AMIA, el asesinato del Fiscal Nisman, y muchas otras causas de corrupción que permanecen dormidas en los Juzgados Federales.
Cada sector político se tira con diferentes muertos que no tienen nada que ver con lo político (recuérdese el caso Maldonado y el actual de Fabián Gutierrez, el ex- Secretario de Cristina Fernández), uno de ellos ahogado al querer cruzar un rio caudaloso y helado sin saber nadar, después de participar en un corte de ruta en el sur que fue reprimido por efectivos de Gendarmería nacional, el otro asesinado por sus presuntas relaciones con un grupo de jóvenes, que lo habrían querido extorsionar-según el juez de la causa.
Ningún político tiene las manos limpias, todos incumplen sus promesas de campaña, si no mienten no llegarían a nada.Hoy la imposición de un Estado policial, que da cuenta de rasgos autoritarios, con miles de detenidos y procesados por romper la cuarentena, también arruinados económicamente, son el resultado de una manifestación que ha reclamado por variadas cuestiones y que tiene claramente identificado a éste gobierno como “un gobierno de ladrones”, frase claramente expresada por cientos de ciudadanos en todos los medios de difusión del país.
Si el gobierno de Alberto Fernández, no cambia en algo la dirección que tomo, va camino a estrellarse contra una pared que se esta levantando cada vez con mayor fuerza, sostenida también por varios sectores políticos que buscan ampliar la famosa “grieta” con el fin de cosechar aunque fuese un poco más de lo perdido. Contra la misma no sirven las palabras de Caffiero, sobre los “sembradores de odio en pantuflas desde su casa”, ni los subsidios a sectores ya empobrecidos y cansados de aguantar.
Hoy el gobierno, se enfrenta a una sociedad bien informada y menos atada al clientelismo, que toma lo que le dan y no lo devolverá como se espera, porque la llevan camino a su propia destrucción y a un estado de hambre, que ya no puede esperar, de los variados y diversos pedidos, fuera de los que implican actores de la política opositora: el clamor social hoy se puede traducir en un pedido de dos palabras: “Trabajo y Justicia”.