Lamentable decisión la que toma el Secretario de Comercio Interior Roberto Feletti, máxime no siendo economista, sino Contador Público, al aplicar una medida compulsiva sobre quienes son fuentes generadoras de empleo, como los grandes productores de alimentos y miles de otros productos que satisfacen la demanda social, en una economía que esta paralizada y en un mercado donde la oferta es más de segundas y terceras marcas que de las primeras.
El primer problema lo generó el Estado al aplicar una teoría que esta íntimamente relacionada con lo normativo, sobre la Macroeconomía, es decir sobre la producción en general, con una intervención desmedida, cortando la cadena de insumos al impedir la importaciones que abarcaron productos de maquinarias y de sistemas informáticos que se requieren para generar más producción (cantidad), con mejor calidad y mayor eficacia, lo que hace que las empresas puedan satisfacer la demanda de los consumidores y mantener los precios estables (a mayor oferta de productos, hay competencia y los precios tienden a estabilizarse).
Por otra parte se prohibieron variadas exportaciones o se limitaron, a la vez que se mantuvieron y aumentaron retenciones e impuesto de todo tipo, con un Banco Central y una Casa de la Moneda que no paran de emitir billetes, y allí esta la verdadera causa de la depreciación monetaria, es decir de la baja del valor del peso argentino y consecuentemente de la suba del dólar como moneda de resguardo de valor.
¿Que tiene que ver todo esto con la inflación? primero que en la macroeconomía, que es la que estudia el comportamiento del consumidor, no se produce el efecto que el gobierno esperaba: poner dinero en el bolsillo de la gente para incentivar la demanda. Esto solo se produce parcialmente y en sectores pobres que no tienen alternativas ni elección, porque viven al día, en otros sectores un poco más aliviados ese dinero extra -que lo recibieron muy pocos- va al dólar blue y hace que se caigan cada día las reservas del Banco central, a la vez con el corral impuesto a la compra del billete verde, los empresarios hacen exactamente lo mismo para no tener que perder más de la cuenta y poder seguir activos.
Se habla de monopolios u oligopolios, pero estos los genera el mismo Estado y los avala, porque le conviene que asi sea, es el Estado quién autoriza las fusiones, quién las legaliza, no hay otro organismo, y también es el Estado quién interviene desmedidamente en la macroeconomía, afectando a las empresas productoras y a todos los consumidores.
Claramente no es un problema de la pandemia, ya no es un problema del Macrismo ni de ningún otro partido político, es un problema del que gobierna la Argentina, que no puede o no sabe como resolver sobre la cuestión económica y sigue generando pobres, desempleo y falta de apertura de fuentes de trabajo, aunque muchos alcahuetes y chupamedias, para alcanzar un voto digan todo lo contrario.
Hoy vuelcan recursos que no tienen a la campaña política, importa ganar las elecciones, todo lo demás entra en el cuento de cada día, no hay reactivación económica, no hay acuerdo con el F.M.I., no hay Plan de salida, hay grandes parches y no hay ahorro en el Estado, siguen agrandando el déficit y nos llevan camino de más depreciación monetaria, a una carencia de insumos básicos, a mayor inflación y a un aumento del desempleo, cuando no entienden que la intervención del Estado en la economía debe ser más moderada, de control y con menor presión impositiva, más cuando -lo dijo el propio presidente- se necesita que los empresarios inviertan en el país y generen empleo. Sin embargo no se le abren esas posibilidades.
Un gobierno que no dialogo antes, es un mal gobierno, actuá por imposiciones cuasi autoritarias y si aún asi no encuentran el rumbo correcto al corto plazo, no queda otra alternativa que los ciudadanos busquen un cambio en las relaciones de poder en las cámaras legislativas y se termine con la disputa interna del partido de turno y con el manejo arbitrario de la Vicepresidenta sobre el Ejecutivo Nacional y Provincial: el país necesita después del 14 de noviembre dialogo político, no imposiciones propias de autoritarios que alejan toda posibilidad de inversión, crecimiento y desarrollo del potencial que aún tiene este bendito país.