Es ya evidente que los anuncios sobre el acuerdo de precios que llevo a cabo el gobierno nacional hace unos días y que aún no fue implementado, ha venido siendo bombardeado desde diversos sectores políticos, empresariales y periodísticos, dándolo como poco confiable y escaso como para reactivar la economía.
María Eugenia Vidal también ha tomado medidas similares en la fecha y anuncio algunas formas que concuerdan con el gobierno nacional.
Sin embargo no han logrado generar la confianza en el sector inversor capitalista externo, a los que se suma la desconfianza de sectores empresariales y sociales internos. Todo ello esta relacionado con las incógnitas de las próximas elecciones y “la campaña del miedo”, empujada por el propio gobierno nacional con el fin de desplazar la posibilidad de que Cristina Fernández pueda hacerse nuevamente del poder estatal.
Ello provoca la salida de los inversores extranjeros del país y que los vencimientos de los plazos fijos en pesos se vayan corriendo al dólar haciendo que éste suba por una demanda que no cesa.
Es harto evidente que va a seguir subiendo el riesgo país y con ello se aleja cada vez más la posibilidad de las inversiones productivas en Argentina, trasladándose a su vez a precios que ya vienen siendo inflados antes del acuerdo, lo que finalmente no va a tener el efecto esperado, porque cada uno se cubre como puede.
A todo lo expuesto se suman infinidad de analistas y encuestadores que dan como no reelegible a Mauricio Macri, al que la carta que le queda en la manga, sería no insistir con su candidatura y la poco confiable de Lousteau, sino poner en la escena nacional a María Eugenia Vidal, que es la única que no decae en su imagen pública y tiene la posibilidad de romper el “maleficio” de los gobernadores provinciales de acceder al poder del Estado Nacional.
No hay camino fácil, si gana Cristina Fernández, las corridas al dólar y los retiros bancarios, serían mucho más importantes sobre el mes de agosto/ setiembre, con imposibilidad de parar la corrida, a la vez a partir de 2020, quedarían sin ayuda económica externa, por lo cual el camino para reactivar artificialmente la economía es volver a la máquina de imprimir billetes, poner dinero en el bolsillo de los usuarios y cerrar nuevamente el mercado del dólar, ingresando en el Default de una deuda externa ya demasiado ampliada.
Recuperar la confianza, una vez instalado el miedo político y el económico, va a ser harto difícil, en los pocos meses que faltan para llegar a las elecciones presidenciales, cuando se están liquidando por partes de grandes fondos de inversión Estadounidenses están liquidando (Templeton y LIberty) los Bonos Argentinos y se esta bombardeando todo el tiempo cada medida que se toma, en función de las ambiciones de poder de actores que poco les importa construir una Argentina potencia, manteniendo reformas estructurales y generando los acuerdos políticos para que ello ocurra y no se tire nuevamente todo por la borda.
Nuevamente el problema de los Argentinos, es una clase política que no ve o no quiere ver, que esta repitiendo los mismos errores de pasados no tan lejanos, dónde siempre los que menos tienen y pueden pagan las consecuencias de sus actos.