Con más del 99% de las mesas escrutadas, Rodolfo Suárez superó el 49% de los votos y se impuso por amplia diferencia ante Anabel Fernández Sagasti quién reconoció que la diferencia por la cual había perdido era irremontable y consecuentemente felicito al ganador.
Esta elección solo trae un poco de alivio al gobierno nacional, es solo un indicador que algún cambio muchas veces se opera en el ámbito político.
Aquí el cambio casi fundamental fue no haber jugado con un Macri visible, al cual el Radicalismo casi no menciono en toda su campaña y el otro es que la gente mendocina, en general tiene una raíz conservadora y radical que no abandona, por tanto no hubo sorpresas demasiado grandes en la provincia, más que el desplazamiento de La Cámpora del poder local.
Ya los mendocinos han logrado instaurar mediante el voto a su candidato, hay que ver aún si existe la posibilidad de que este voto se vuelque a favor de Macri en las presidenciales de octubre, toda vez que la economía de la provincia fue afectada por el gobierno nacional, cuando los mercados tomaron las riendas de la economía nacional y las reglas del juego cambiaron.
Una de las consecuencias del cambio es la desigualdad, que empezó a acentuarse a un ritmo vertiginoso, como el crecimiento de la deuda mendocina y la cantidad de pobres de esa provincia, lo que de no cambiar en algo, no haría variar la opinión de su gente que no quiere seguir pagando los errores de los políticos de turno.