El comunicado expresa: “Ante la renuncia a su cargo como Presidente de Bolivia, anunciada hoy por Evo Morales Ayma, el Gobierno argentino hace un llamado a todos los actores políticos y sociales bolivianos para preservar la paz social y el diálogo, enfatizando la importancia de encaminar este periodo de transición que se ha abierto por las vías institucionales que establece la Constitución de ese país.
Resulta imprescindible que todas las fuerzas y dirigentes políticos bolivianos actúen en este delicado momento con responsabilidad y moderación.
El anunciado llamado a un nuevo proceso electoral, con la anticipada renovación del Tribunal Electoral, respetando lo dispuesto por la Constitución Política del Estado Plurinacional Boliviano junto con el acompañamiento de países de la región así como de organismos internacionales y observadores imparciales es el mejor camino para superar, con total transparencia y espíritu democrático, la presente crisis que afecta al hermano pueblo boliviano.
Se destaca que el gobierno Argentino, en la manos del Presidente Mauricio Macri no califica de golpe de Estado a las acciones llevadas a cabo por un pueblo cansado de las trampas de Evo Morales Ayma para permanecer en el poder, siendo ellas dos reformas constitucionales a su medida, un plebiscito que le resultó desfavorable y el fraude electoral cometido en estas últimas elecciones, acompañado por un Tribunal Electoral a su medida.
Solo llamo a elecciones y cambio el componente humano del tribunal cuando se vió perdido y abandonado por las fuerzas Armadas y policiales que se acuartelaron, negándose a reprimir, librandolo a su suerte.
No hubo participación activa de estas Fuerzas como para acusarlas de promover un pseudo golpe de Estado, figura bajo la cuál Morales se victimizó y logro el apoyo de sus adeptos ideológicamente, como el del Grupo de Puebla y del elegido nuevo Presidente de la Argentina que pretendió redactar una declaración conjunta sin ser haber asumido aún su cargo.
Claramente Evo Morales aún tiene bastante que explicar ante las autoridades bolivianas, sobre su crecimiento patrimonial y el fraude electoral cometido y mal que les pese a muchos no se trata de “persecución política a líderes y lideresas” latinoamericanas, sino de que se haga Justicia, porque en esta República también imperó durante trece largos años el “roba pero hace”.