Columnista: Mgter. Jorge A. De Gioia
La recepción del ex-presidente Boliviano Evo Morales, como refugiado político, con derecho a hacer campaña electoral desde Argentina (al no prohibirselo ninguna Ley); la recepción del ex-presidente Ecuatoriano, con pedido de captura Internacional por corrupción, Rafael Correa y su premiación; el ingreso al país de un gremialista Boliviano que se fotografio con Hugo Moyano, también con pedido de captura; la presencia de funcionarios del regímen dictatorial de Maduro, durante la asunción del mando de Alberto Fernández; las declaraciones de la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, expresando “El terrorismo es un problema de los países de la OTAN, no es nuestro”; la aplicación de retenciones sin consulta previa, como la suba del impuesto a las ganancias, sin tocar a las mineras, porque afectaría y paralizaría la inversión en Vaca Muerta, ya ha comenzado a generar desconfianza en la casa Blanca y en el departamento del tesoro estadounidense, quienes advirtieron que observan si Fernández va a defender a los tiranos o al sistema democrático.
Estas expresiones no caen en saco roto y van a notarse en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y en la inversión Extranjera Directa en el país, en el primer organismo, haciéndose la negociaciones más dificiles y sin ayuda de Estados Unidos, con poder de veto y en las inversiones, al elegir otros destinos ante el panorama que plantea hacia afuera el gobierno de Alberto fernández.
Hacia adentro, con las retenciones, va camino a reavivar el conflicto con el sector agrícola ganadero, a pocos dias de asumir el mando del Estado. La confianza que es generadora de mayor poder, se la cercenan las declaraciones de su Ministra de Seguridad y los actos permanentes de Cristina Fernández, con largas diatribas discursivas, donde olvida como repartían ellos los fondos coparticipables y el ninguneo a la Provincia de Buenos Aires, con un fondo del Conurbano que nunca reconocieron. Su discurso como si fuera una presidente en campaña permanente, nuevamente comienza a generar recelos hacia su persona y agranda la famosa “grieta”.
Como si eso fuese poco un Intendente del Conurbano Bonaerense, se dió el lujo de declarar ante los canales televisivos que “somos ciudadanos de segunda” refiriendose al trato que recibieron con la coparticipación, algo que no se dió en solo cuatro años, sino en más de dieciseis.
Alberto Fernández abrió más la grieta externa y la interna, y ya es visible que se le presentan problemas en el partido que lo llevo al poder del Estado, siendo Cristina Fernández su primera barrera para construir el poder que necesita para gobernar y la segunda, no menos importante, el actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kiciloff de orientación marxista, el cual le cuestiono la conformación de su equipo de gobierno y sus capacidades técnicas.
Tiempo al tiempo, aunque las recetas económicas que se van aplicando, no son ninguna novedad, vuelven a pagar los errores de los políticos, los mismos de siempre. En referencia al déficit fiscal, no tendrá tendencia a buscar el equilibrio si los gastos del Estado Nacional y las Cámaras Legislativas, de los tres niveles estatales, no se reducen y en esto la historia argentina, da cuenta que allí el ajuste nunca llega ni va a llegar.