Hasta el día de hoy, los cacerolazos que se iniciaron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en algunos lugares del Conurbano Bonaerense no han sido oídos y menos analizados por los que un empresario cordobés tildó de “miserables”, no insultando al presidente de la Nación, como dijo un periodista chupamedias que tiene alta rentabilidad por la pauta oficial que recibe, sino contestándole al mandatario el exabrupto en el que sin distinciones y equivocadamente o sanguíneamente, sin hacer un análisis de la situación, englobo a todos y todas, porque también hay mujeres en el campo empresarial.
Ciertamente, alguien no conoce el significado del concepto, porque miserable se dice de áquel que vive en un estado de extrema pobreza y tiene una vida desdichada, lo que no es el caso ni de empresarios, políticos, funcionarios o jueces.
En todo caso a aquel que echa empleados o no quiere abonarles lo que les corresponde, en medio de una cuarentena donde todos los argentinos pierden y muchos sufren padecimientos por no poder poner el pan de cada día en su mesa, el concepto que les cabe, es el de avaros que es aquel que prioriza sus ambiciones de riqueza por sobre todos los demás, incluso sobre la vida humana y con total desprecio de lo que le pasa al otro y su familia.
Hacer oídos sordos a los cacerolazos, significará al mediano plazo que vuelva el clamor de que se vayan todos y de esta forma se termine con los repartos demagógicos del dinero de todos los Argentino que realizó Sergio Massa a todos los Diputados, sin que hubiese necesidad de que fueran ellos quienes buscaran a quién donarlo . En todo caso a esta acción, se la puede calificar como “miserable” pero ya en otro sentido del concepto que tiene que ver con la actitud y refiere a un acto de la bajeza humana, de la inmoralidad que impera en el campo político, no en particular, sino en general.
Ya lo exprese en otra nota, las palabra y los actos vacíos de contenido, no conducen a nada y las respuestas de la sociedad ante la falta de una solidaridad que no se manifiesta, exacerbará sus pedidos, hasta que la escuchen o terminará haciéndose escuchar nuevamente en las urnas, en cuanto se de la oportunidad,
La respuesta al cacerolazo, ya esta en el campo de la política y son los políticos quienes deben definirse, tampoco basta que algún opositor tome la punta y se baje los sueldos, aquí deben hacer lo mismo que le piden a toda la sociedad, esta vez de su propio bolsillo, no metiendo la mano en el del otro ¿entienden de que se trata?.
Magíster. Jorge A. De Gioia