La Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) nunció el viernes 14 de agosto que el aumento a jubilados será del 7,5%, por Decreto, el mismo se aplicará también sobre las pensiones y la AUH.
Sin ponerse colorados por la verguenza, Fernanda Raverta y el nieto de Caffiero, indican que esta vez los jubilados le ganarían a la inflación al “recuperar parte de lo perdido entre setiembre de 2017 y diciembre de 2019”.
Una verdadera falacia porque no tienen en cuenta la devaluación de nuestra moneda y los aumentos de los servicios y alimentos producidos desde 2017 a la fecha, dónde un jubilado para poder vivir requeriría de unos $. 30.0000 y cobra actualmente $ 17.000 o menos si se saca el promedio.
Mientras por una parte, el gobierno “cuida” la caja de Anses, prepara el aumento del presupuesto estatal a nivel nacional y provincial como en muchos municipios, donde se prevé subir impuestos y tasas en un 28% a 34%, como asimismo liberar más los servicios públicos esenciales de agua, gas natural y electricidad, a los que se agregan contar los de telefonía y patentes de automotores.
Entre todo el paquete impositivo, se aumentaran los gastos presupuestarios, los haberes de senadores, diputados, funcionarios de todo nivel y concejales, en un porcentaje estimado en el 30%.
De esta manera, con los jubilados, se impuso la fórmula que nació del sector de Fernanda Raverta por sobre el del ministro de Economía Martín Guzmán, quien pretendía un ajuste jubilatorio para el trimestre septiembre a noviembre de 5,3%.
Estos aumento quedan por debajo de la Ley de movilidad suspendida que arrojaría algo más del 10% y que los diputados aún se encuentran pensando como modificaran la formula, sin afectar al actual gobierno, dando muestras que las personas de la tercera edad, les importa poco o nada.
Como lo dijo el defensor de la tercera edad, Eugenio Semino, el aumento es una verguenza.