Quienes lo fomentan son políticos como Cristina Fernández y muchos de los componentes de su banda, entre ellos algunos pseudos montoneros, otros ex-montoneros que no fueron juzgados nunca por sus crimenes y torturas infligidas a sus víctimas, ni tampoco se los detiene por incitar a la violencia a pseudos grupos Mapuches en el sur del pais.
Otros como Alberto Fernández , estan agarrados a la cola de un tren tratando de mantener un equilibrio que cada día le cuesta más y pasa del campo de la gestión de gobierno y su límite a invadir al poder judicial y acusar a los jueces de cuestiones que son más de una mente demencial que no mide los riesgos ni tampoco el daño que provoca, incitando al odio político y al odio civil contra la justicia y los empresarios que según ellos, tienen el poder de “fijar precios” y de “adulterar balances de sus empresas”.
Claramente no es todo el periodismo quién fomenta esto, sino los que son adeptos a ellos y bien pagados para infundir falacias permanentes en pos de confundir a quienes los escuchan, lo cual implica estar en una guerra de palabras dañosas entre políticos y los diferentes medios de comunicación social que no terminan nunca y que solo sirven para seguir sembrando discordia entre los argentinos que no piensan ni evaluan como deben actuar buscando la paz y la calma, ante cualquier cuestión que pretenda alterar la paz social y por ende el sistema democrático que termina debilitándose.
En su discurso en la UOM, Cristina no dejo de actuar, con algún lagrimós que corto rápidamente, lo que no le impidió mostrarse como una víctima del poder Judicial y de los empresarios Macristas que según ella enviaron a asesinarla, tejió toda una trama donde ella no es “victima” para la Justicia, sino acusada, se olvido que tiene en su espalda las dos conceptualizaciones, la de víctima en cuanto al atentado contra ella y la de acusada en varias causas judiciales en trámite, de las cuales en una puede terminar condenada.
Llama al dialogo y a la discusión constructiva por una parte, para generar mejores politicas distributivas que beneficien a la sociedad, pero mantiene privilegios que nadie tiene y lo peor de todo ello es que mantienen a los jubilados en la indigencia ¿o creen que en Diciembre con $. 50.000 van a poder darse el gusto de pasar un dia de Nochebuena o Navidad?.
Si quisiera en verdad solucionar algo, lo podría hacer con simples directivas hacia quienes mantienen el control de las cajas políticas y responden a ella, tales como ANSES y PAMI, pero no le interesa, si con un miserable Bono de $ 7.000, arreglan el problema.
Junto unas 10.000 personas en la UOM, llevados con el dinero de sus afiliados que la recibieron al canto de “Cristina Presidente”, no parece que vaya a postularse a ese cargo, sino a uno menor, necesita asegurarse inmunidad y continuidad en un espacio de poder, máxime que las encuesta le dan buena imágen en tres o cuatro distritos que estan “copados por militantes K”, en el resto su mala imágen y el descontento social contra el gobierno Nacional -su gobierno- se mantiene y no tiene visos de cambio.
El cambio puede venir de la mano del éxito de su Ministro de Economía, pero también el fracaso porque cada día comete un error diferente y sigue tendiendo a mentir a unos y otros, contradiciendolo su propio Viceministro Rubinstein, quién indico que no hay un Plan de Estabilización Económica, si Massa fracasa, en su caída la arrastrará al borde de su carrera política.
Podrán suspender las PASO y dividir a la oposición política, aunque dificilmente puedan ganar las presidenciales de 2023, ni siquiera hay una posibilidad cierta en la Provincia de Buenos Aires, aunque todo depende de una oposición que aún no se pone de acuerdo y de los pre-candidatos que puedan estar al frente de cada boleta electoral. Lo que la favorece es que algunos de estos últimos ni siquiera son conocidos en la Provincia de Buenos Aires.