Columna de opinión por Mgter. Jorge A. De Gioia
El dólar comienza a moverse hacia arriba, más rápido de lo esperado por el gobierno y se corresponde con una corrida bancaria,con un nuevo contexto externo y con el marco de dudas a nivel nacional, de una clase media y media baja, que ve con desconfianza un probable cambio de gobierno en octubre de 2019 y una vuelta a recetas ya aplicadas en el pasado mediato de nuevas devaluaciones, nacionalizaciones de empresas, corralito al dólar, freno a las importaciones y un cierre de la economía que afectará a los sectores productivos que hoy siguen manteniéndose con gran esfuerzo, a ellos se agregan personas jurídicas (empresas) que tratan de preservar sus bienes con la compra de la moneda Estadounidense o el Euro, del que casi no se habla.
Esta crisis que también se da en otros países emergentes, golpea con mayor fuerza a la Argentina, por el nivel de una inflación que no se logra dominar y coincide en el plano político, con la segura candidatura de Cristina Fernández, la denuncia contra el Fiscal Stornelli y el actuar de una Corte Suprema con discordancias hacia el gobierno.
No es menor que varios encuestadores desaten una guerra, posicionando a Cristina Fernández en primera línea, al indicar que es la de mayores posibilidades para volver a ser presidente de la Nación -cuestión que se puede poner en duda-. porque hoy dia, no alcanza los guarismos que le permitan serlo, si sucediese, el panorama político se tornará complicado.
Ante esto y las declaraciones presidenciales poco convincentes, más la suba de los índices de pobreza a un 32% (INDEC) se avisora que nuevamente se volvería a estar ante un gobierno populista cuya tendencia autoritaria en el uso del poder, se acentuaría y tendería a obrar como una dictadura, en pleno sistema democrático. Esta vez con ansias de venganza por parte de muchos que al retornar a espacios decisorios, podrían llegar a desatar algo que ni ellos mismos van a poder frenar.
En un contexto complejo, de desconfianzas cruzadas, de peleas internas por el poder político, de fantasias de espionaje ilegal por parte del Estado, de amenazas hechas públicas por gente nefasta y sin cerebro, no hay ciudadano y empresa nacional y multinacional que en estos días, no intente cubrirse en dólares, a los fines de preservar su patrimonio o sus ahorros, esa es la causa principal de la suba del dólar, no solamente el factor externo que tiende a una recesión mundial.
Los encuestadores suman la duda y el desconcierto, cuando su manejo de los datos es manipulado (caso de Alessio -Irol y otros), poco claro y cuando obran con subjetividades manifiestas. Muchos de ellos, se olvidan que las encuestas son probabilísticas, no reflejan una verdad revelada, sino apróximaciones a la realidad y no tienen efecto alguno cuando esa realidad esta a cinco meses de una PASO y a siete meses de las elecciones presidenciales de Octubre.
A los encuestadores hay que sumarles politologos que mezclan el analísis político con su trabajo, como si fueran Jefes de Campaña, tratando de posicionar, en forma poco inteligente a quienes no les da el pine para ser presidentes de la Nación, caso de Lavagna y Sergio Massa que no alcanzan aún los 15 puntos y menos sumándo a Marcelo Tinelli como precandidato a gobernardor. Una construcción aún incipiente y poco seria que agrega mayor desconfianza.
Tambien olvidan que cada vez que en Argentina, cambio un gobierno, tiró por la borda todo lo realizado por el anterior, aunque hayan sido las bases para seguir levantando el país. Siempre, los iluminados, producen un nuevo comienzo que con el actual problema económico Argentino, no van a poder llevar a cabo, salvo que vuelvan a emitir moneda, no paguen la deuda externa, generen políticas endógenas para mover el circuito económico y artificialmente puedan sostenerse un tiempo, sin que todo les explote de golpe y nos lleve nuevamente a repetir la historia de las decadencias, de las que nunca se pudo salir por falta de ideas y acuerdos de largo plazo, consecuencias de las luchas por el poder y una corrupción instalada en todos los niveles que es lo que crea cada día más pobres e indigentes. A ello se suma una gran presión impositva y una dolarización tarifaria, que deja secuelas dificiles de superar.
Entretando se mantengan enfrentamientos en el campo político y el gobierno no muestre un rumbo más claro, los que pagan las consecuencias son los más carenciados, a los que les aumentan cada día los productos de la canasta alimentaria, la carne, el queso y la leche, que en nuestro país sobraba y se daban el lujo de tirarla en las zanjas en lugar de entregarla a gente humilde.
Muchas veces hemos tirado del carro para sacarlo del barro, con los políticos arriba de él, es hora de que se bajen y empujen también, tomando medidas más de fondo que no perjudiquen a los que menos tienen, que distribuya mejor el ingreso, que termine con jubilaciones de privilegio, que todos los que ganen más de $. 65.000, paguen ganancias -porque el fallo de la corte es una verguenza que los exime-
Que Senadores y Diputados de todos los niveles., dejen de cobrar extras por pasajes o “desterritorialidad”, que el Estado deje de financiar a los partidos políticos y achique las plantas de cargos por amiguismo o familiariedad y se termine con la farse de los “Diputados del Parlasur” que no generan nada bueno para el país, única forma de no volver al pasado nefasto que dejaron los Kirchner, los Scioli y sus allegados en todos los niveles de gobierno.
No olviden que hay un político temporal que pone su voto es las urnas y es el soberano que tiene el poder de elegir, estos están en la base del sistema democrático de gobierno y sostienen a todo el resto, no hay que resentirlas, sino fortalecerlas.