Nadie ve nada en Florencio Varela, ni tampoco revisa o busca que se tome conciencia, para lograr el cambio imprescindible para ir dejando atrás viejas costumbres, un caballo, si bien es utilizado para trabajos de campo, también es cuidado por sus dueños, no solo para que rinda más, si no porque la “paisanada” los considerada como compañeros necesarios y asi los alimenta, los baña, le mantiene en buen estado los cascos y hacen controlar su salud por medio del veterinario.
En el caso de los “cartoneros” o aquellos que se dedican al “cirugeo” y utilizan caballos para tirar de sus precarios carros, no sucede lo mismo, el maltrato animal es moneda corriente, los golpes, la falta de alimentación y el trabajo constante, sin descanso, sin comida y sin tomar agua, es algo común en cada persona que los utiliza para estos menesteres en Florencio Varela, rara vez se actúa y cuando se hace es por denuncias puntuales.
Hoy le toco a quién escribe esta nota ver como quién iba conduciendo un carrito, cargado hasta el limite, golpeaba con un látigo, en forma innecesaria a un caballo tipo “Pony” que no podía casi avanzar por el peso de la carga.
Un patrullero que le paso al lado, en recorrida, ni siquiera lo paro, su conductor y acompañante iban despacio, ensimismados en la charla y el acompañante en el uso de su celular.
Ante el maltrato decidi intervenir y parar al “carrero” que iba por Avenida Novak al 500 en dirección al cruce del Arrooyo Las Piedras. Cuando paro me acerque y vi un animal pequeño que no era un pony, se encontraba mal alimentado, flaco, con sarna en el cuello, los vasos con roturas y camino a su desnutrición.
La carga del carrito, fue sorpresa, debajo de una heladera vieja y oxidada, llevaban ruedas completas de un vehiculo, semiusadas y con llantas, infladas, que no eran del carrito.
Al preguntarle al “dueño” si el caballo era suyo, indico que lo había comprado hace poco por $ 10.000 y que no tenía papel alguno, claramente era un animal robado.
Como mi papel no es el policial, opte por darle consejos, ponerlo al tanto de la Ley sobre maltrato animal y la posibilidad de que le secuestren caballo y carro, ante lo que indico que llevaba el pan a su casa de esa forma, no tenía otros medios de supervivencia y si le quitaban el caballo y el carro, dejaba sin comer a su familia.
No soy Juez, por tanto solo pude darle consejos de cuidado sobre el caballo y dejar que se vaya, confiando en que quizá tome conciencia de sus actos y no los repita, aunque me queda la duda.
En Florencio Varela, estas situaciones son cotidianas y promovidas en algunas zonas por quienes recolecta basura domiciliaria que utilizan este medio por no poder ingresar a calles de tierra en mal estado de conservación.
No se trata de prohibir la tracción a sangre, que en Varela por el momento es casi imposible ante un Municipio que carece de un predio donde colocar caballos de secuestros, medios para cuidarlos y mantenerlos, se trata -por lo menos- de censar todos los caballos existentes en el distrito, sus dueños, las diferentes modalidades de utilización de los mismos y concientizar sobre el maltrato animal y sus consecuencias, a fin de lograr humanizar el trato hacia quienes no tienen voz.
En estas acciones de concientización se incluyen también los canes que se abandonan en la vía pública y solo los atienden proteccionistas o personas que no lo son pero son sensibles con quienes sufren sin defensa y muchas veces mueren ante la insensibilidad humana.