Las PASO movieron todo el tablero del gobierno nacional y cambio las perspectivas de muchos candidatos locales, a partir de esa lectura comenzó lo que se puede titular como “la campaña del miedo” y una convocatoria en las provincias y distintas localidades a marchar con la consigna “Si se puede”, llegándose en el día de hoy a la llamada “marcha del millón”.
La realidad da cuenta de que Mauricio Macri logra consolidarse como el líder de un sector poblacional que claramente esta en contra del Peronismo en todas sus vertientes, se corresponde con los sectores más duros que adhieren al PRO, otros del Radicalismo y de la Coalición cívica, los que se olvidan que muchos Peronistas integran sus filas y les dan mayor fortaleza.
Esta marcha, multitudinaria, ha mostrado que Mauricio Macri tiene asegurada una base electoral que se conforma por funcionarios, candidatos que se definen el 27 de octubre, parte del radicalismo y la coalición cívica y personas que creen en su mensaje y rechazan fundamentalmente a Cristina Fernández.
El discurso de Macri, es básicamente un pedido de ayuda para mantenerse en el poder, prometiendo lo que no se sabe a ciencia cierta si lo puede cumplir, porque esta sujeto a los avatares económicos que el mismo generó y del cual aún no ha visto el camino de salida, lo que se trata es de “convencer” a su electorado de que su propuesta es la mejor para el país, que no hay que volver atrás, porque el principal peligro sería el que correría el sistema democrático y las libertades individuales, además de alertar sobre una mayor penetración del narcotráfico y un aumento de la corrupción, sino se sigue el camino ya trazado.
Hay un Macri convencido de que puede dar vuelta una elección que le saco una ventaja casi imposible de alcanzar, que no tiene en cuenta el descontento imperante en una clase media que resultó la más perjudicada en sus casi cuatro años de gobierno, por su política económica, la que ahora suma la desconfianza sobre lo que puede venir, pero que aún no ha decidido su voto a favor.
En tanto la clase mas humilde, los jubilados y los docentes, a los que se suma un amplio sector de fuerzas policiales bonaerenses, ya tienen definido su voto, el que difícilmente cambie a último momento.
Las marchas que continuaran hasta el Jueves venidero, generan un clima de entusiasmo entre sus propios allegados, que no alcanza a transmitirse al resto de la población Argentina, lo cual siguen reflejando varias encuestas de último momento.
Lo que logra Macri es fortalecer su liderazgo sobre todos aquellos que no tenían quién los represente y logre reunirlos, lo cual puede llegar a influir en algunos sectores y asi aumentar un poco más el caudal de votos logrados en las PASO, aunque sería insuficiente para dar vuelta el voto de quienes lo rechazan a su favor, por lo que no tendría un segundo mandato, a pesar de que el Programa Económico del Justicialismo es bastante duro y apunta a los que “más tienen” para aplicarles nuevos impuestos y lograr recaudar lo suficiente para mantener el circuito económico en marcha.
Ni de uno, ni de otro lado, hay propuestas concretas, solo promesas electorales y defensas de sus propios espacios, aunque deberán definirlas en el debate presidencial de día domingo 20 de octubre, donde los protagonistas serán los dos candidatos más votados para llegar a la presidencia de la Nación.
De cualquier manera el debate, no es algo que pueda forzar al elector que ya tiene decidido su voto, a cambiarlo, solo le sirve para prepararse para el futuro mediato, tal como lo hace el directorio del Fondo Monetario Internacional que espera negociar con el próximo gobierno.