Hace más de una semana, cada noche entre las 21 y las 23 horas, otras veces entre las 23 y las 0200 hs, que los vecinos de Villa Argentina y San Jorge escuchan el motor de la avioneta, de ida y de regreso, algunos dicen que hacen estudios meteorológicos, lo cual es una gran mentira, porque esos estudios se hacen mediante la lectura de los sistemas satelitales.
En Florencio Varela existe un aeródromo municipal, que no sabemos para que lo mantienen y si esta operable o no, cual es su costo de mantenimiento, quienes lo utilizan, en que horarios, que planes de vuelo presentan y quién los controla, nadie pidió informes ni responde nada al respecto. Cabe recordar que allí se decía que tiraban droga desde el aire y que después alguien la retiraba, también se hizo mención a que no se podía llegar al aeródromo por ser interceptados por patrulleros policiales.
En la fecha intentamos, sin lograrlo, porque el camino estaba cerrado por los vecinos, llegar al lugar, sacar alguna foto y hablar con los vecinos dado que el citado campo termina en un triángulo que da al Barrio Luján, circundado por el Arroyo Las Piedras, parte del cual se utilizaría para proveer a personas adictas y dónde se ven grupos de muchachos que se drogarían abiertamente.
Sin embargo los vecinos que nos hablan de la inseguridad reinante en la zona, de la falta de presencia policial y del abandono por parte del Municipio, no se animan a hablar del tema drogas ni a marcar un solo espacio de venta, tienen miedo.
Claro que la avioneta de noche, si es moderna puede volar “por instrumentos”, lo llamativo es el horario y la baja altura sobre zona pobladas, quizá no sea el famoso aeródromo municipal de Varela, quizás va a otro situado por Presidente Perón o las parte de atrás de Guernica, donde también existía un aeroclub.
Pero a nadie le interesa el tema, es complejo y peligroso, más si hay narcos y políticos detrás. Así vamos camino a ser como algunas localidades mexicanas, dónde ya no hay Estado, el “Estado” es el Cártel narco, un tipo de poder que asesina a todo el que osa molestarlo.