Todo el oficialismo festeja y habla de la “Argentina Unida” y de un gobierno “presente” que “cuida a sus ciudadanos”.
La contracara a esto son las declaraciones de Mayra Mendoza que ataca en forma permanente al gobierno anterior o las expresiones de Santiago Cafiero que dice que “nunca pusieron un ladrillo”; o las declaraciones de Fernando Espinoza “que en la Matanza bajo un 20% la inseguridad”, cuando es el lugar donde hay mayores problemáticas de venta de estupefacientes y las estadísticas oficiales indican lo contrario. Las usurpaciones de tierras, la violación y saqueo de viviendas en la zona de la costa bonaerense, la inactividad de los fiscales por causa de una Ley Provincial que les impide actuar.
El desprecio de varios Intendentes con los propietarios de viviendas, el abuso de poder cerrando el paso a varios distritos, las largas caravanas hacia la costa y la zona de Monte Hermoso, dan cuenta que la “Argentina Unida” no existe, la brecha es cada vez más amplia y a ello se agrega que ya casi nadie respeta la cuarentena obligatoria que al gobierno tras 180 días, se les escapo de control.
Ya llegamos a un “ranking” de fallecidos que tienen otros países sin haber dictado las severas medidas que perjudican a miles de comerciantes y familias que solo dependen de una ayuda estatal y una economía nacional golpeada de tal modo que “crecer” a la Argentina le va a llevar otro periodo de gobierno.
La gente es irresponsable de su propia vida, pero también se cansó, a ello se une la creciente inseguridad y un mayor grado de “rebeliones” que conllevan a más fallecimientos, aunque no todos son motivos de lo mencionado, también son contagios adquiridos en lugares cerrados. Muy poco tiene que ver una marcha que es condenada hasta por la izquierda, cuando no la realizan ellos.
Hay irresponsables en todas partes, aunque el gobierno a nivel nacional y locales son los primeros, deberían hablar menos, hacer más, respetar al otro, oír que no es lo mismo que escuchar y resolver, para eso están.
Sin embargo parecen una máquina de acumular problemas. El primero que comienza a surgir es el reclamo de la policía bonaerense en forma indirecta de un aumento de sueldos.
El segundo es que el “Plan de Seguridad” anunciado que abarca solo el Conurbano Bonaerense, no existe. Se repite lo mismo que hizo Scioli y Vidal, con la compra de chalecos, patrulleros, construcción de nuevas cárceles (etapa de Scioli), incorporación de nuevos efectivos que no van a tener el nivel de adiestramiento adecuado y que no les interesa más que tener trabajo y un sueldo mensual y construcción de más paradas o “puntos seguros”, con una presencia insuficiente en el conurbano de personal de las Fuerzas de Seguridad.
A su vez el adiestramiento tiene que llevar a un “policía con orientación humanista” -según el Presidente. No se sabe si le van a enseñar letras o una forma caritativa y más benigna para detener un delincuente que le apunta con un arma de fuego.
Un Programa de reequipamiento policial y construcción de nuevas cárceles, es lo que se presentó a la sociedad argentina. No es lo mismo que un Plan.
Un Plan, es aquél dónde se definen estratégica y situacionalmente (a largo plazo y según varíen los sucesos externos), los fines del Plan, las acciones a ejecutar, las estrategias a desplegar, las diferentes tácticas operacionales, objetivos a alcanzar, el establecimiento de los puntos de mayor situación de vulnerabilidad social que hay que solucionar mediante “Programas” que integren el mencionado Plan y que contemplen la educación, la formación en oficios, la mejora del bienestar social en forma permanente y continua, una mejor distribución del ingreso, la creación de trabajo real, de construcción de viviendas, de loteos de tierras fiscales, de atención de la salud y la infraestructura urbana, única forma de ir cambiando la realidad imperante con integración de los sectores más vulnerables.
También se deben coordinar acciones con la Justicia con el fin de mejor aplicación de las leyes o contemplar el cambio en los Códigos de Procedimientos Penales y Procedimentales, caso contrario casi todo el esfuerzo del Poder Ejecutivo, nacional o provincial, será inútil.
Sin todo lo mencionado con antelación, lo único a festejar es el discurso vacio que conlleva implícito nuevamente el camino del fracaso. Ya le sucedió a otros gobernantes por no comprender que la Inseguridad Social, se debe afrontar en forma multidisciplinaria, eso no es lo que se ve y lamentablemente se volverá a repetir la historia.