Ministro de Justicia Martín Soria “A Macri y sus funcionarios los pueden juzgar en Bolivia”…
Más allá de las responsabilidades penales y civiles que deberán afrontar, bajo distinta jurisdicción, todos aquellos que han tomado participación, como autores mediatos del golpe de estado boliviano y de las masacres infligidas a su pueblo –calificadas por la CIDH como crímenes de lesa humanidad-, debe señalarse que la ostensible violación de los deberes de funcionario público y el peculado incurrido al malversar bienes del Estado Nacional para sumarse a la chirinada cívico-militar de los golpistas bolivianos, aquí deben ser juzgados por la jurisdicción nacional, ya que son hechos ilícitos que se cometieron en territorio de la Nación Argentina. Y que aparejan efectos que deben llevar a la imposición de la descalificación, como “infames traidores a la Patria”, y sufrir la condena accesoria de la inhabilitación a perpetuidad para ocupar cargo o función pública.
Tal es el análisis del experto en Derecho Constitucional Rodolfo Barcesat, del contenido en la Constitución Nacional reformada de 1994.
Ninguna duda que a gente como Soria les gustaría extraditar a Bolivia a connacionales Argentinos, lo que sería un hecho que remarcaría los odios que se tiene de una clase política a otra y que sin duda los trasladan a gran parte de la sociedad Argentina, a la que tienen con la mente ocupada en temas que desconocen y cuando se trata de derecho internacional, más aún.
Mientras el Presidente da verguenza ajena, como abogado y como profesor al decir que desconoce el “problema Cubano”, en un claro apoyo a los encarcelamientos, la represión, el encarcelamiento de opositores y la muerte que los dictadores, desde Fidel Castro a la fecha, ejercen contra un pueblo que no tiene libertad, que esta sometido a la pobreza extrema, apoyando además las dictaduras implantadas en Venezuela, Nicaragua y la violación de Derechos Humanos en Ecuador, dejándonos mal parados ante el mundo, descuida su labor esencial por la cual hasta el momento nadie se anima a procesarlo.
¿Procesarlo porqué?
Por incumplimiento de los deberes del funcionario público y por ser responsable junto a Ginés González García de no negociar en tiempo y forma el ingreso de vacunas contra el COVID 19 a la Argentina, hecho que por razones ideológicas ha generado miles de fallecidos más de los que normalmente se hubiesen producido al contarse con las vacunas correspondientes, que estaban disponibles en ese momento. Hoy vacunar contra el avance de los contagios y las muertes, es una carrera contra reloj, éste gobierno puede atribuirse un genocidio por negligencia e incompetencia, lo cual también esta previsto y penado por la Ley, norma que no se aplica a todos por igual.
Los hechos denunciados por el gobierno sobre funcionarios Macristas, de ser probados en la Justicia deben tener la correspondiente condena se trate de quién sea. Pasar a retiro a tres gendarmes que no tienen nada que ver, que no pueden desobedecer una orden y a quienes no se les da derecho a defensa para mostrar que se hace algo, no sirve.
Tampoco sirven las falsas denuncias con miras a sembrar el rechazo del electorado a determinadas figuras políticas, efectuadas por el Senador Tahilade, que un juez desestimo y otro comprobó como licito un enriquecimiento durante la etapa del gobierno anterior.
Tenemos un gobierno sin rumbo que no consigue arreglar ni con el FMI, ni con el Club de París, que quiere tapar su mala gestión con las denuncias judiciales y mediáticas o anuncios de campaña electoral al prometerles a jubilados un Bono de $ 5.000 en el mes de agosto que no van a recibir todos y que posteriormente se lo vuelven a sacar.
Mientras mantengan este enfoque ideológico, los muertos van a seguir aumentando, pero como dijo el mismo Fernández una vez, “la gente de edad avanzada, es un problema”.
Un problema es mentirle a la Sociedad cada día, cuando no es con las vacunas, es con la economía, con el aumento de las naftas, los costos en general, un índice de pobreza preocupante y una educación totalmente deficiente, eso no es peronismo ni siquiera progresismo es un socialismo izquierdozo al que solo le falta el dictador adecuado para que el giro, si la sociedad se los permite en las próximas legislativas, se vaya completando poco a poco.