Pasa en todos los rincones del país y en especial en los distritos o Municipios de cada provincia, donde siempre se impone el criterio de la mayoría parlamentaria que por lo general es de los oficialismos en el poder de cada unidad estatal, la salvedad a veces es a nivel nacional, donde existe la negociación para una provincia o para los bolsillos del Senador, Diputado o Gobernador, según convenga.
Esta claro que, cuarenta años del sistema democrático no lo fortaleció, por el contrario se debilita en cada elección, en tanto los jóvenes y los de algo más de cuarenta años, no han llegado a comprender como funcionan los parlamentos, entonces votan cualquier cosa y permiten a los oficialismos seguir haciendo lo que quieren, como quieren, donde quieren y cuando quieren, favoreciendo así la corrupción entre los funcionarios públicos y el empresariado prebendario, al que poco le interesa que la gente viva mejor, sino hacer sus pingues negocios.
Hay hoy día, aparece una cartelería que indica “no pierdas las obras que mejoran tu calidad de vida”, un verso más de los que se asustan por los votos que colectaron sus opositores, aunque mienten con tal de mantener el control absoluto de los bienes públicos.
Cuando los Ejecutivos envían un Proyecto de cualquier tipo a cualesquiera de los legislativos que se trate (nacional; provincial o local) si tienen mayoría parlamentaria, son aprobados por la mitad mas uno, salvo casos excepcionales y en estos casos no rinden cuenta alguna, ni pueden ser controlados ni en sus gastos, ni como aumentan las plantas orgánicas estatales, por parte de los bloques opositores. Candidatos que en campaña política prometen al votante toda clase de obras y modificaciones o progresos y desarrollo, sin mayoría no pueden cumplir nada, por no tener poder decisional alguno, más allá de trabaje en cada Comisión de labor parlamentaria, porque allí pasa exactamente lo mismo y la minoría solo puede votar en disidencia, lo que no sirve de nada porque el Proyecto al bajar al recinto lo vota favorablemente el oficialismo por la mayoría mencionada.
En caso de tratarse de impuestos o Tasas, la figura del Mayor Contribuyente, en especial en los Municipios, es algo inexistente, cada parlamentario lleva a su amigo/a que tiene sus impuestos al día, el que va a votar lo que se le indique, porque no entiende ni sabe leer un Presupuesto y buscar las fallas.
En cuanto a las rendiciones de cuentas, las aprueba también la mayoría y se elevan a los Tribunales de Cuentas o a organismos similares que raramente llegan a rechazan o desaprobar lo que hicieron los Ejecutivos.
En todos lados se piden obras de infraestructura, arreglos de calles, Escuelas, Hospitales que funcionen, pero las respuestas nunca llegan, el Ejecutivo decide, sin participación ciudadana, lo que le conviene, acorde se lo indiquen sus funcionarios, aunque deje sin solucionar problemáticas generales.
¿Cómo se cambian esas situaciones y se puede no solo controlar sino obligar a realizar obras donde más se necesitan?:
Votando de manera tal que la mayoría pase del oficialismo a la oposición política, se trate de una oposición compuesta o no, por representantes de uno o varios partidos políticos.
De esa manera, el poder cambia de manos, en los recintos parlamentarios y la oposición puede presentar los Proyectos prometidos, lograr su aprobación con mayoría inversa, y que el Ejecutivo los lleve adelante o los vete el Proyecto, si no viables de realizar. A la vez esa mayoría inversa, puede controlar como se aumentaran los Impuestos y Tasas, cuales siguen vigentes y cuales no y el porcentaje de aumento que convalidarán o no.
Para ello, hay que aprender a ver quien es el que tiene el poder y como lo gestiona, en especial cuando se trata de fondos públicos, que obras lleva a cabo en beneficio de una Comunidad dada, en estos casos hay que analizar a quienes dicen representarlos, que están en las listas de candidatos y aqui con ver que hizo cada uno de ellos desde su banca se lo puede evaluar para su continuidad o no, realizado esto, que es simple, queda solo un paso para decidir el voto, para vivir mejor, más seguros, con un plato de comida diaria para darle a sus hijos y tener seguridad de que los pesos que ganas con sudor y lagrimas, no te lo lleven los corruptos que gobiernan tu vida, solo porque aún no aprendiste a votar y consecuentemente a desprenderte de ellos.
Necesitamos una ciudadanía más comprometida, más informada, es el camino para sacar el país adelante y cambiar la vida de millones de Argentinos que hoy no tienen más que para comer unos pocos días, ni para comprarse remedios que también los aumentaron en un 30% y los laboratorios aún no los proveen a las farmacias.