Ante el deficit causado en las cuentas de la Provincia de la Rioja, por un gobernador corrupto que ha destinado fondos a gastos innecesarios cuando tiene una población empobrecida, que apenas vive de planes sociales y el resto del empleo público, con sueldo miserables, por los cuales comenzó una protesta policial, pidiendo aumentos justificados y ante la negativa del gobierno Nacional de ayudarle a solucionar un problema que generó el mismo gobernador al gastar más de lo que recaudaba, envió a su legislatura un pedido de autorización para emitir $. 15.000 millones en cuasi monedas.
Esta misma idea fue mencionada en la Provincia de Buenos Aires, por Axel Kicilof, lugar donde también comienza una protesta policial, que requiere un 100% de aumento de sueldos, cuando los estatales van a recibir solo un 25% de miseria, acordado con sindicatos estatales y docentes que aceptaron la propuesta cuando la inflación en dos meses, ya les comió mucho más que ese porcentaje y cuando el IOMA no les cubre más de un 22% del gasto en medicamentos.
Las cuasi monedas, solo sirven y tienen validez si son aceptadas por todas la empresas privadas, comercios y organismos estatales no solo de la provincia emisora, sino también de otras provincias, con ellas no se puede pagar la Luz, el Gas, un boleto de micro o tren, como tampoco el resúmen de una tarjeta de crédito, en general cuando se las emite, junto a algún marco legal que les brinde respaldo para que el Estado emisor, se haga cargo de su pago en pesos, esta pierde el 20% promedio del valor al cual se la emite y sus poseedores pierden parte de su salario en el intercambio con quién las acepte para hacer negocio.
La historia no es nueva, no es cuento, es pobreza y endeudamiento provincial que después no se puede afrontar, porque simplemente se quedan sin recursos y terminan -como siempre- “apretando al contribuyente”. Como los legisladores responden al gobierno de turno y no al pueblo que dicen representar, no se ponen los pantalones largos y aprueban estas cuasi locuras empobrecedoras de todo el ejido social jurisdiccional en que se las emite y donde solo unos pocos hacen pingues negocios en los intercambios.
La única forma de evitar estos manejos y caer en una mayor degradación y pobreza es no aceptandolas en ninguna parte y resistiendo el pago en cuasi monedas por parte de sindicatos y personal estatal, porque la solución es ajustar el gasto público a lo que se recauda y no ampliar Estados que no están presentes en ninguna parte, con empleados improductivos que no brindan servicio público alguno, generando una burocratización innecesaria.