Como primera medida, se va a condicionar la compra del dólar ahorro mediante Home Banking, impidiéndose su retiro en forma inmediata, se podrá comprar y deberá permanecer en la cuenta correspondiente por un periodo que se calcula mínimamente de seis meses, bajo el incentivo de no cobrarse el impuesto correspondiente, a su vez se achicará la franja diferencial que hay entre el dólar oficial y el “blue”, subiéndose el valor oficial, esto significa comprar a un precio más alto que el actual y una devaluación indirecta del peso argentino.
Esta medida busca reducir el efectivo en pesos circulante y tener los dólares de los ahorristas en poder del Banco Central de la República Argentina, el que de complicarse la situación económica los utilizará para afrontar los pagos de la deuda.
Se prevé, según lo expresado por Marco del Pont y Heller, un aumento impositivo general y un gravamen a las grandes fortunas y bienes personales, mediante el denominado “impuesto patriótico”, como asimismo un aumento sobre el impuesto a las ganancias, aunque la escala aún no se ha retocado.
Los aumentos impositivos, tocaran también a grandes empresas que hoy invierten o reinvierten sus capitales en el país, todo ello tiende a cubrir el aumento presupuestario y sus mayores gastos. Idéntica medida, aunque con las tasas, se estudia en los municipios del conurbano bonaerense, dónde muchos de ellos reasignan partidas presupuestarias para poder abonar deudas contraídas, sueldos y dietas, en éste sector el aumento estaría ubicado entre el 27% y 35%.
Nadie busca el equilibrio fiscal mediante una baja en los gastos estatales, sin afectar el empleo público y sin seguir incrementándolo, tampoco se busca ampliar la base tributaria buscando la manera de que cada uno pague lo que le corresponda, evitando la evasión impositiva de sectores como el que mencionamos ayer en otra nota y muchos otros que realizan la misma maniobra a nivel nacional.
El problema que tiene el gobierno Argentino es la repetición de recetas del pasado, dónde pagan siempre los mismos.
Lo que esto va a generar es un cambio en la compra del dólar ahorro al dólar “blue”, con un mayor aumento de la brecha cambiaria y su consecuente traslado a precios que hoy el gobierno no puede controlar, como ser el de las propiedades, nuevas construcciones y materiales de obra, que ya se valorizan en dólares, aunque no haya ventas suficientes y generan otros problemas: la imposibilidad del acceso a la vivienda propia y una merma del empleo en el sector de la construcción que recientemente repunto muy poco.